4,3 millones de euros. Esa es la cantidad aproximada que dos fideicomisos neozelandeses vinculados a la congregación religiosa de los Legionarios de Cristo invirtieron, entre 2015 y 2019, en fondos de capital riesgo en España. Así aparece en la información que ha derivado en los Pandora Papers, la mayor investigación periodística de la historia. Ha sido coordinada por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ, en inglés) y en España ha contado con la participación de laSexta y El País.

Para entender la trascendencia de esta investigación hay que recordar los escándalos por abusos sexuales del fundador, Marcial Maciel, y por la opacidad financiera de la congregación. Estas crisis motivaron una investigación del Vaticano en 2010. Días antes de que comenzaran estas pesquisas, Legionarios de Cristo comenzó a construir la que sería su estructura offshore, de acuerdo con la información investigada por El País. Los nombres de sus dos 'trust' son Salus y AlfaOmega.

De acuerdo con estos datos, el dinero iba desde Nueva Zelanda hasta Reino Unido. Una vez en el país británico, éste se repartía en diversas inversiones, entre las que están los principales fondos de capital riesgo en España, que impulsan algunas de las empresas emergentes más punteras en el país, como Glovo, Cabify o Wallbox, todas consideradas 'unicornios' porque no cotizan pero su valoración ha superado los 1.000 millones de dólares.

¿Por qué Nueva Zelanda? Aunque las filtraciones sobre paraísos fiscales suelen estar centradas en países como Panamá o Islas Vírgenes Británicas, el país oceánico ofrece amplias ventajas a quienes buscan establecer fideicomisos. Estas estructuras opacas, que no están reconocidas por el derecho español, permiten a sus dueños beneficiarse de su régimen de exención de impuestos y dejar el menor rastro posible.

Los Legionarios de Cristo invierten en unicornios

Los dos fideicomisos neozelandeses vinculados a los Legionarios de Cristo han invertido en fondos de capital riesgo como Seaya Ventures, fundada por Beatriz González -hija del expresidente de BBVA- y que tiene en su cartera empresas como Glovo, Cabify o Wallbox. Estas tres compañías son consideradas empresas unicornio.

No son las únicas inversiones de la congregación católica de origen mexicano: entre sus objetivos están también Samaipata, liderada por el fundador de la Nevera Roja, José del Barrio; Arcano Partners, una firma de asesoramiento financiero, o Swanlaab, el fondo del grupo israelí Giza Venture Capital en España. El País ha preguntado a estas cuatro empresas, que no han querido hacer comentarios sobre los mencionados fideicomisos neozelandeses aludiendo motivos de confidencialidad. También estos trust han invertido en Columbus Ventures y la empresa emergente de gestión de aparcamientos Llollo, que directamente no ha respondido a las peticiones de comentarios al respecto.

En los Pandora Papers hemos podido observar cómo, en seis años, Alfa Omega y Salus acumularon activos por valor de casi 300 millones de dólares. Es más, estos dos fideicomisos son tan solo un extremo de un ovillo que nos lleva a una compleja trama de sociedades que operan en cuatro continentes. Por ejemplo, en Estados Unidos invirtieron en apartamentos cuyos inquilinos fueron desahuciados durante la moratoria establecida por la pandemia, y en México aportaron al menos 16 millones de euros a negocios que van desde tan la inteligencia artificial a los suplementos alimenticios.

Las explicaciones

Un portavoz de estos dos trust asegura a El País que esos fideicomisos se establecieron en Nueva Zelanda por "las razones correctas". Según los documentos a los que ha accedido el ICIJ ambos fideicomisos se crearon en 2011 por el sacerdote Luis Garza Medina, que se considera algo así como el 'arquitecto' de las finanzas de los Legionarios.

Desde la congregación niegan tener control sobre Alfa Omega y Salus y dicen que sus recursos provienen de una herencia familiar de Garza Medina; sin embargo, ambas sociedades comparten un mismo beneficiario: un tercer fideicomiso llamado The Retirement and Medical Charitable Trust (RMCT), que esta vez sí que fue abierto por los Legionarios en 2010. De hecho, en su propia acta fundacional se dice que el trust está diseñado para "recaudar donaciones y hacer inversiones", así como para "asistir financieramente a miembros retirados, afectados mentalmente, o heridos en algún accidente".

Preguntados sobre la creación de estos fideicomidos y cómo lo explican al Vaticano, fuentes de la orden dijeron a ICIJ que las instituciones religiosas "no tienen la obligación de enviar información detallada al Vaticano sobre sus decisiones financieras internas". Cuestionados también por los flujos de dinero de Alfa Omega y Salus a los fondos españoles o su fideicomiso, Legionarios de Cristo también echa balones fuera: "El RMCT puede pedir donaciones a estos fideicomisos y ellos son libres de conceder o denegar esas peticiones".