La Cámara de Representantes de Estados Unidos ha iniciado el procedimiento para someter a Donald Trump al impeachment, un juicio político que podría acabar en su destitución.

La portavoz demócrata, Nancy Pelosi, anunció que se iniciaría la investigación contra Trump, que presuntamente habría presionado al mandatario ucraniano, Volodymyr Zelenskiy, para obtener información sobre el hijo del exvicepresidente Joe Biden, para perjudicar al que probablemente será su contrincante en las próximas elecciones.

¿Qué es el impeachment?

Se trata de un proceso político previsto en la Constitución de Estados Unidos que, en última instancia, permite destituir a un presidente (o a cualquier otro cargo público) si se determina que ha cometido"traición, corrupción u otros crímenes o delitos graves". En definitiva, el impeachment es prácticamente la única manera de destituir a un presidente de EEUU antes de que finalice su mandato.

Esta definición en torno a los actos susceptibles de ser objeto de impeachment es ambigua. De hecho, no es necesario que el presidente haya quebrantado una ley criminal específica para ser sometido a este procedimiento; basta con que se considere que ha cometido un abuso de la confianza depositada en su cargo.

El procedimiento consta de una primera etapa en la Cámara de Representantes (la Cámara Baja del Congreso estadounidense), donde se lleva a cabo una investigación y se votan las acusaciones que se van a presentar contra el presidente. Para que el procedimiento siga adelante, es necesario que una mayoría simple de los 435 diputados de la cámara vote a favor de aprobar estos cargos.

Si se logra esta mayoría simple, se lleva a cabo un juicio político en el Senado, donde los congresistas de la Cámara de Representantes actúan como fiscales y los senadores son los 'jueces'. Se requiere una mayoría de dos tercios de esta cámara para destituir al presidente.

Precedentes en la historia de EEUU

Históricamente, solo otros dos presidentes de los 45 que ha tenido el país han sido sometidos a un impeachment, aunque ninguno de ellos fue destituido como consecuencia directa del proceso: Andrew Johnson y Bill Clinton, que salieron airosos de sus respectivos procedimientos de impeachment.

Andrew Johnson, en 1868, fue juzgado en el Senado y absuelto por una diferencia de tan solo un voto.

Bill Clinton, en 1998, fue sometido al impeachment por mentir acerca de su affair extramarital con Mónica Lewinsky, una joven becaria de la Casa Blanca. Sin embargo, fue absuelto por el Senado.

Mención aparte merece el caso de Richard Nixon, que dimitió en 1974, cuando la Cámara de Representantes ya había formulado los cargos contra él pero antes de que se votara su destitución en el impeachment impulsado por el escándalo Watergate. Fue el primer presidente de EEUU -y hasta la fecha, el único- en renunciar al cargo.

¿Puede acabar con Trump?

En la actualidad, la Cámara de Representantes es de mayoría demócrata. Como en esta cámara solo es necesaria la mayoría simple para aprobar los cargos contra el presidente, los demócratas no necesitarán votos republicanos para que el proceso contra Trump pase al Senado.

Sin embargo, en la Cámara Alta, de mayoría republicana, el impeachment se complica: allí hace falta que dos tercios de los senadores (67 en total) voten a favor de destituir al presidente.

Actualmente hay 53 senadores republicanos, 45 demócratas y dos independientes (que suelen votar en el mismo sentido que los demócratas). Así, además de todos los senadores demócratas y los independientes, tendrían que votar contra Trump al menos 20 republicanos, algo que se plantea bastante improbable.

En el hipotético caso de que se lograra destituir a Trump, el vicepresidente Mike Pence asumiría la Presidencia hasta el final del mandato, que se cumple en enero de 2021.