"Los ciudadanos podemos legislar". Eso nos dicen. Pero, ¿podemos? La Constitución lo confirma, podemos.

La ciudadanía española puede presentar una Iniciativa Legislativa Popular (ILP) o más conocida como iniciativa popular o ciudadana. Pero este mecanismo de democracia directa tiene unas estrictas normas.

Lo primero que hay que tener en cuenta es que se necesitan medio millón de firmas. Una vez conseguidas, la Constitución explica que puedes intentar proponer una ley. Eso sí, nada de modificar leyes orgánicas, ni tributarias, ni internacionales, ni la prerrogativa de gracia.

Cumpliendo estos criterios, tu proposición llega a la mesa del Congreso de los Diputados y de ahí, al Pleno, aunque no se es tan fácil que prospere. Yerma Ruano nos aporta algunos datos que muestran que conseguir legislar siendo medio millón de ciudadanos, no es tan sencillo.

En 41 años de democracia ha habido 109 intentos de iniciativas populares. 142 si tenemos en cuenta que algunas fueron tramitadas en dos legislaturas. Muchas ni siquiera llegan a votarse. Se estancan en la Mesa del Congreso por cuestiones de tiempo y forma, pero entonces ¿cuántas se han aprobado? Una y media.

Una ha sido la que considera los toros como bien cultural. Eso hemos cambiado los españoles y españolas. Eso y un apartado de la ley de propiedad horizontal sobre las deudas comunitarias (esta es la media).

Los españoles "legislamos" otra vez. Fue sobre la dación en pago, pero la plataforma de afectados por la hipoteca retiró su iniciativa. Alegó que el Congreso la había cambiado tanto que ya no era su ley.

¿Quieren saber qué más cosas hemos pedido? Hemos acuñar el término "homomonio", una reforma salarial política, un parque público de alquiler, pensiones de jubilación para amos y amas de casa…

¿Y quieren saber cuál es la ILP con más firmas de nuestra historia? La que pedía la derogación del matrimonio homosexual. 1.500.000 de firmas.