Lo importante antes de instalar placas solares es echar cuentas. Por ejemplo: cubrir el gasto de electricidad de una familia media española, unos 3.500 KWh al año, supondría la instalación de ocho paneles fotovoltaicos que ocuparían en nuestro tejado alrededor de 13 metros cuadrados.

A esa instalación habría que sumarle un regulador de carga, un inversor y las baterías para acumular energía sobrante y usarla cuando no luzca el sol. Esto traducido a dinero rondaría una cifra cercana a los 7.000 euros.

7.000 euros en facturas de la luz son muchos meses, pero ese gasto tardaría en amortizarse, como media, unos 14 años.

Pero ese no será el único gasto del salto a la energía solar. La luz solar no permitirá que te desconectes completamente de la red eléctrica. Para ello necesitarías invertir demasiado en baterías extra y placas solares, con lo que la instalación no saldría rentable.

Además, antes de proceder a la instalación de estas placas, conviene tener en cuenta la zona geográfica en la que vives. En función de las horas de sol al año, debes decidir si te renta o no el salto a la energía solar; aunque las cifras no se alejan demasiado. Por ejemplo: un asturiano sólo produciría un 10% menos que un tinerfeño, que son los españoles que más horas de sol útiles disfrutan al año.

También es importante apreciar las horas del día en las que aprovechas la luz que generas. La persona que trabaje desde casa durante el día y gaste mucha luz, lógicamente amortizará antes su instalación.