Las banderas de playa suelen colocarse junto al puesto de los socorristas. Presiden los arenales de nuestras costas en verano y su color no sólo nos indica la viabilidad o no del baño; esconden mucha más información en función del estado de la mar, la contaminación, los factores medioambientales…

Bandera verde

Es la más apetecible para cualquier amante de la playa. Indica que te puedes bañar sin problema. No hay peligro para meterse en el agua y, por tanto, no es necesario tomar ninguna precaución especial; aunque siempre sea recomendable mantener la atención en el mar.

Bandera amarilla

Es la más ambigua de las banderas. Indica que el baño es accesible pero con más precaución de la que indica la bandera verde. Obliga a no alejarse demasiado de la orilla y bañarse en zonas donde se haga pie.

El amarillo nos dice que el agua no está óptima para el baño. En concreto, indica que puede haber fuerte oleaje, contaminación o presencia de algún animal peligroso, como las medusas; aunque estas últimas tienen su bandera específica: es blanca, con el dibujo de las medusas y suele estar plantada junto a la bandera amarilla.

Bandera roja

Es una de las más indeseadas. Aparece cuando las condiciones del mar son malas y peligrosas y cuando el agua no está en buenas condiciones o puede poner en riesgo nuestra salud.

Se coloca por contaminación, bacterias, presencia de especias peligrosas en la zona (peces araña, tiburones, una plaga de medusas…)

En ocasiones sólo afecta a una zona de la playa en concreto pero conviene fijarse con atención porque bañarse en presencia de esta bandera puede acarrear, además de un buen susto, una sanción económica.

Bandera negra

Esta es poco usual. Su presencia no es buen síntoma. Lo más probable es que no puedas siquiera pisar la playa en la que ondee la bandera negra. Suele indicar que ese arenal está cerrado por los destrozos provocados por un temporal, por la imposibilidad de bañarse, por factores climatológicos adversos…