La tripulación solicitó la asistencia de la Policía después de aterrizar en Londres para detener al pasajero embriagado, que había causado constantes molestias durante dos horas, según informa el diario 'The Sun'.

Poco después de que el avión tocase tierra, el joven borracho increpó a uno de los tripulantes, pero fue entonces cuando otro de los pasajeros, cansado de su comportamiento, se abalanzó sobre él y le realizó una llave que le dejó inconsciente.

El resto del pasaje aplaudió y vitoreó al hombre que consiguió que volviera la calma a la cabina del avión.