Los habitantes de la ciudad de Montreal, Canadá, descubrieron en la nieve el dibujo de un enorme oso. Todo parecía normal hasta que la CBC recogió la fotografía y lanzó una misteriosa pregunta: ¿Cómo es posible que el autor del dibujo haya pintado el ombligo sin dejar ni una sola huella?

Del centro del oso a los extremos hay al menos dos metros de distancia por lo que parecía imposible que la nieve estuviera intacta sin marcas de pies humanos.

Cientos de canadienses han enviado sus propias teorías, la mayoría de ellas erróneas. No obstante, la cadena ha conseguido contactar con laartista, Valérie Duhamel, para que explicase su truco: el ombligo eran cinco bolas de nieve lanzadas con perfecta puntería en el centro del oso.

"Sí, fueron bolas de nieve en el mismo lugar. Y nunca hubiera pensado que mi oso estaría en todos los medios", comentó Duhamel.

Muchos canadienses han reaccionado con asombro a la resolución del misterio, impresionados por que las bolas hayan aterrizado perfectamente en el centro del animal.