Lazarus era un perro abandonado en Virginia al que los voluntarios de la fundación 'Big Fluffy Dog' consiguieron rescatar después de estar seis años encerrado en un establo. Durante su cautiverio, sus dueños no le esquilaron, lo que ha provocado que el animal acumule hasta 15 kilos de pelo.

Según informan desde la protectora, fueron necesarias hasta siete personas para cortarle el pelo a Lazarus. De momento, el perro no está preparado para ser adoptado por una nueva familia, por lo que necesita un proceso de rehabilitación todavía en el centro. Tras el corte de pelo, el animal está irreconocible.