En la época del 2.0 la forma de encontrar pareja ha cambiado. Cada vez son más las personas que recurren a las redes sociales para hallar a su 'media naranja', sabiendo que pueden toparse con un 'medio limón'.
Es lo que le ocurrió a Michelle Thomas, una bloguera y escritora que pensó que Tinder sería una buena opción para descubrir al hombre de su vida. Pero la experiencia que ella ha vivido ha sido un poco más amarga.
Después de mantener una cita con un hombre de 40 años que se había interesado por ella, recibió un mensaje inesperado. Inesperado por el contenido e imprevisto por lo bien que había ido el primer encuentro entre ambos.
El hombre escribió a Michelle para explicarla que era "descarada y divertida y justo el tipo de chica con la que me encantaría salir". Aunque no acabo ahí: "Pero mi mente esperaba ver a alguien más delgado".
“Hola Michelle, perdona pero he estado super ocupado en el trabajo hoy. Gracias por la maravillosa velada de la pasada noche. Realmente disfruté tu compañía y te adoro. Eres descarada y divertida y justo el tipo de chica con la que me encantaría salir si mi cuerpo y mente me lo permitieran. Pero me temo que no es el caso. No voy a soltar mierda. Realmente me gustas Michelle y creo que eres la chica más bonita que he conocido. Pero mi mente esperaba ver a alguien más delgado.
¿Superficial? No debería. Es la misma reacción que tienes cuando lees a un gran escritor, ves una imagen maravillosa o escuchas una canción de música que te encanta, tienes una reacción instantánea que hace que quieras más. Así que estoy muy atraído por tu mente, tu cara, tu personalidad (y, por Dios, realmente lo estoy) pero no puedo decir lo mismo de tu figura. Así que puedo sentarme ahí, tontear y tener una noche divertida, pero tengo esa horrible sensación de que cuando nos desnudemos mi cuerpo se vendrá abajo. No quiero que eso pase, nena. No quiero estar tumbado a tu lado mientras me preguntas por qué no se me levanta.
Hay ciertas cosas que despiertan mi imaginación y tu ingenio e inteligencia son el comienzo de ese proceso que inevitablemente termina en el dormitorio. Con un sólo resultado. Estoy muy decepcionado de mí mismo, Michelle, porque realmente no me sentía así con alguien en años, pero estoy tratando de ser honesto contigo sin sonar como un auténtico imbécil. Podríamos ser amigos increíbles, podríamos coquetear y bromear y adorarnos el uno al otro y, bueno, me casaría contigo sin dudarlo si fueras un poco más delgada porque tu ingenio es único y realmente me encanta.
Supongo que lo que estoy tratando de decir es que quiero evitar un daño mayor en el futuro diciéndote esto ahora para que no tengamos que pasar por un momento embarazoso. Soy un hombre. Con todos los deseos carnales de un hombre y todos sus defectos, y estoy seguro de mi cuerpo y lo que quiere. Por favor, intenta perdonarme. Te adoro”.
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La reacción de Michelle fue comenzar a llorar. Un rebote ante la imposición de la sociedad de tener un cuerpo diez. Una imposición que está cambiando con la toma en la pasarela y en la moda de las modelos 'curvy'. Pero no quedó ahí. Michelle decidió contestar de forma pública al hombre que la había hecho sentir mal. "La forma detallada en la que expresas cuánto te disgusta mi cuerpo es verdaderamente grotesca", ha publicado en su blog. Además contesta: "estoy bastante orgullosa de lo que soy", y le da varios consejos al percatarse de que tiene una hija pequeña.