Paul y Ana Davies no pudieron disfrutar de sus vacaciones en Madeira pese a haber volado casi 6.500 kilómetros. Según informa el diario 'The Sun', todo comenzó cuando fuertes vientos detuvieron el aterrizaje en Funchal, la capital de la isla y el avión tuvo que parar en Lisboa. "Dimos vueltas durante un rato y luego el capitán dijo que tendríamos que ir a Lisboa, a una hora y media de distancia", asegura Paul. La pareja estuvo retenida en la capital lusa sin saber muy bien cual sería su futuro: "No pudimos bajar del avión y tuvimos que estirar las piernas en los pasillos", añade.

Tras varias horas de desconcierto, el comandante decidió volver a poner rumbo a Madeira, ya que parecía que el clima había mejorado. Pero de nuevo no tuvo éxito. A la vuelta de este segundo intento, no pudieron aterrizar en Lisboa, por lo que el comandante decidió ir a Oporto. Finalmente, 13 horas después de despegar desde Bristol, volvieron al aeropuerto británico.

La aerolínea ha asegurado que devolverá el dinero a los pasajeros. Por su parte, la pareja británica se lo ha tomado con humor, pero aseguran que se han quedado sin su esperada semana de descanso.