Chloe Cress, de Tennessee, Estados Unidos, empezó a cojear cuando tenía 12 años. Según recoge la 'CNN', su padre, Shawn, pensó que necesitaría fisioterapia para remitir el dolor, pero la cojera se convirtió en fiebre y después llegó el dolor de espalda.

Tras visitar varios hospitales, buscando la razón de los dolores de la pequeña, descubrieron que Chloe tenía un gran tumor cerca del corazón. Se había extendido hasta su esófago y a algunas de sus vértebras, lo que le causaba el dolor de espalda.

Se trataba de un cáncer en los músculos esqueléticos que estaba en estadio 4, es decir, en estado avanzado, por lo que la pequeña tuvo que ser ingresada en ese mismo momento. Y así es como ha pasado los últimos 18 meses, en un hospital que se encontraba a ocho horas de la casa familiar.

Durante ese tiempo, la familia tuvo que cambiarse de casa para estar más cerca, y ella no ha dejado de echar de menos a sus perros ni un solo día. Ahora, en plena Navidad, la familia ha recibido el mejor regalo posible.

Los médicos les han informado de que el cáncer de la pequeña empezaba a remitir por lo que ya estaba lista para volver a su casa. Aunque tendrán que volver para citas de seguimiento cada tres meses, la familia puede regresar y pasar las fiestas justos en casa.