Un anatomista japonés ha levantado un monumento en un templo de la localidad de Kamakura, situada a unos 50 kilómetros al suroeste de Tokio, para recordar a los insectos muertos a manos del hombre.
Unas 50 personas, incluido su impulsor, el autor y anatomista nipón Takeshi Yoro, han asisitido a una ceremonia en el templo Kenchoji para conmemorar la finalización del proyecto.
El monumento está diseñado por el arquitecto Kengo Kuma, uno de los más influyentes del país asiático y responsable de grandes proyectos en el país y en el extranjero como el Teatro de la Ópera de Granada. "Espero que la gente llegue a ser consciente de qué tipo de vida tendríamos sin los insectos", dijo el autor de "Baka no Kabe".
Yoro, quien en su juventud se aficionó a coleccionar y exhibir especímenes de insectos, espera que el monumento no sólo consuele las almas de los que ha reunido durante años, sino que también anime a otros a reflexionar sobre el medio ambiente.
La ceremonia se llevó a cabo coincidiendo con la celebración en Japón del 'Día de los bichos', el 4 de junio.