"Parece que nadie puede contener la emoción del día de Navidad", así era el mensaje que acompañaba al vídeo con el que el zoo de Edimburgo quiso felicitar las fiestas a través de las redes sociales.

En las imágenes se puede ver a un pingüino saltando sin parar en su recinto del zoo. El vídeo, que ha sido visualizado cerca de 300.000 veces, se ha viralizado en todo el mundo.

Sin embargo, pese a que el pingüino ya ha sido bautizado como "el más feliz del mundo", la realidad es muy diferente, según denuncia el conocido animalista Frank Cuesta a través de Youtube.

En su publicación titulada 'ni puta gracia', explica que el animal sufre estereotipia, es decir, comportamientos anormales que suelen verse los animales en cautividad.

"El pingüino no estaba alegre, sino loco perdido", dice Frank Cuesta, que aclara que el pingüino salta porque es su método habitual de desplazamiento, lo que se ve en las imágenes no es un comportamiento normal. Para él, "es un animal que psicológicamente está destrozado", y se pregunta: "¿Cómo se sentiría alguien condenado a cadena perpetua sin haber cometido algún delito"?.