Yamile, doctora en ergonomía y factores humanos, pasaba los días enteros con su pequeño en el hospital, pero por la noche no le permitían quedarse junto a él. Negándose a que su hijo sintiera su ausencia se le ocurrió una gran idea.
La madre rellenó con semillas unos guantes de látex y los llevaba consigo durante todo el día para que se impregnaran de su aroma. Por las noches, los dejaba sobre su hijo para que él sintiera que estaba allí. Las enfermeras vieron el buen efecto que tenía sobre el niño y le pidieron que hiciera más para el resto de bebés que se encontraban en cuidados intensivos.
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Tras entregar 100 guantes al hospital, Yamile fundó la empresa 'Natured by desing' dedicada a la fabricación de estos guantes para bebés prematuros.Un estudio independiente de investigación concluyó que los bebés que los utilizaban, impregnados con el aroma de sus padres, no registraron episodios de falta de oxigeno, algo muy común en prematuros.