En 2010 un piloto tuvo que llevar a cabo una evacuación de emergencia de un avión Harrier GR9 que se incendió al aterrizar en la Base Aérea de Kandahar, Afganistán.

Antes de tocar tierra tuvo que esperar por la cantidad de tráfico aéreo en es momento y cuando llegó a la pista se golpeó con tanta fuerza contra el suelo que terminó incendiándose, según ha recogido 'El Reloj del Sol'.

El morro se rompió del impacto y de la fricción el fuego alcanzó a toda la aeronave.

El piloto permaneció en cabina hasta el momento exacto que pudo eyectarse con su asiento y salir con vida antes de que las llamas acabasen con todo.

Además, fue elogiado por sus compañeros por haber conseguido desplazar el avión hasta una zona alejada del resto de naves.

La fotografía, publicada ahora por la base aérea, capta el momento exacto en el que el piloto sale despedido del avión a tiempo.