Saben lo que es pasar hambre. Para algunas madres, la comida diaria es casi un lujo que no se pueden permitir. Les dan el desayuno y la merienda en el cole. Y el problema se repite en otras comunidades.
“Yo confío en que se alimenten bien porque los estoy dejando por necesidad. En casa es el complemento”, explica una madre.
Dos millones de niños en España pasan hambre y 30.000 familias tienen dificultades para darles de comer a sus hijos. Por eso este verano muchos colegios y centros sociales permanecerán abiertos para poder seguir sirviendo comidas.
Ayer el Secretario de Estado de servicios sociales anunció que el dinero recaudado con la declaración de la renta en la casilla de fines sociales se destinará, con prioridad, a ONGS que luchan contra el hambre. Pero las organizaciones insisten: solas no pueden solucionarlo.
Mensajeros por la Paz ha puesto en marcha una campaña de recogida de alimentos con la que esperar lograr un récord Guinnes de solidaridad.
Cada uno lleva lo que puede, y entre leche, garbanzos o arroz. Quieren superar las 255 toneladas de alimentos.