Cansado pero feliz, así regresa Mamadou Saidou después de 12 horas de trabajo al piso que le alquila a Mariana en Alicante. Tiene 28 años, nació en Guinea Conakry y llegó a España hace un año en una patera junto a 34 personas.

Estuvo nueve meses en un centro de acogida, el tiempo máximo que la ley permite a un refugiado en España. Después debe salir a buscar un piso por su cuenta y cuando lo hace, la palabra que más escucha es 'no'.

"Mamadou llegó aquí con el rechazo de una persona. No querían poner en su casa a un negro. Le parecía una cosa que no debían hacer", cuenta Mariana Velloso, arrendataria.

Como él, muchos refugiados tienen la residencia, un permiso de trabajo y el apoyo de la Comisión, sin embargo, les niegan un techo por ser extranjeros, por su idioma o porque los propietarios creen que no pueden pagar.

Por eso la Comisión Española de Ayuda al Refugiado impulsó la campaña 'Mételos en tu casa'.

"Estábamos cansados del discurso xenófobo y queríamos dar la vuelta al mensaje", destaca Raquel Santos, coordinadora de Inclusión en la Comisión Española de Apoyo al Refugiado.

Hay 250 personas acogidas por la Comisión que están en busca de un piso en este momento, de ellas más de 100 son niños.

España se ha convertido en la principal ruta de los refugiados como Mamadou con más de 40.000 pedidos de asilo durante 2018.