Bo Paske, un niño de 11 años con autismo de Florida, tenía que comer solo cada día, debido al aislamiento que sufría por parte de sus compañeros. Sin embargo, esta situación cambió cuando un conocido jugador de fútbol americano decidió comer con él, cuando su equipo visitaba el colegio de Montford Middle School, en Tallahassee.

Según recoge la revista 'Time', la madre de Bo, Leah, se preocupaba constantemente para que su hijo no estuviera sólo. Y pese a que haya calificado el gesto de "aparentemente pequeño", también ha afirmado que significa un mundo para ella. "Eso es todo lo que necesita: pequeños actos de bondad que pueden cambiar la vida de mi hijo", asegura Paske al diario estadounidense.