Shanto trabaja seis horas diarias en una fábrica de metales en Bangladesh, algo que le dejará secuelas en ojos, oídos y piel. Shanto es uno de los doscientos quince millones de niños que trabajan en el mundo, pero al menos él tiene la suerte de ir al colegio; de mayor quiere ser médico.
La principal causa de mortalidad infantil es la desnutricción. Cada día, 19.000 niños menores de cinco años mueren en el mundo, una escalofriante cifra que las ONGs intentan reducir con campañas como 'cumpledías', de Unicef. Con un simple SMS se puede alimentar a miles de niños.
Otro caso es el de Josué, que lleva toda la vida separado de su madre. Por motivos familiares, ella vive en Barcelona y él en Ecuador. Su infancia ha quedado marcada, sueña con reunirse con su madre para empezar juntos una nueva vida.