El chocolate es uno de los productos cotidianos que "contribuyen a consolidar la pobreza y la desigualdad global", según ha informado la Red Interdiocesana de Comercio Justo (RICJ) de Cáritas en una nota de prensa. Esta ONG se suma a la jornada para poner el foco sobre la explotación infantil en las plantaciones de cacao, que todavía se da pese a los compromisos que las empresas chocolateras adoptaron en 2001.

Es una de las lacras de un sector que genera unos beneficios superiores a los 116 millones de euros en todo el mundo, una cantidad muy alejada del dinero que perciben los productores de países como Costa de Marfil. "Necesitarían cobrar diez veces más por su cosecha para salir de la pobreza extrema", ha precisado la presidenta de la Coordinadora Estatal de Comercio Justo, Mercedes García de Vinuesa.

Más de 50 países convocados por la Organización Mundial de Comercio Justo participan en una jornada donde empresas, tiendas y consumidores reclamarán que las relaciones comerciales "no solo tengan en cuenta criterios económicos sino también sociales y medioambientales", ha señalado Cáritas.

Los actos previstos en España acogerán conferencias, conciertos, pasacalles, actividades infantiles, concursos de repostería, puntos de venta y la lectura de un manifiesto para denunciar que 284.000 niños africanos trabajan en la cosecha del cacao, 12.000 de ellos en condiciones de esclavitud.

El Comercio Justo tuvo su origen en los años 60, y hoy cuenta con 2,5 millones de productores y productoras, 500 organizaciones importadoras y más de 4.000 tiendas especializadas en Europa, además de instituciones internacionales que avalan el cumplimiento de sus diez principios.