El Hospital Povisa de Vigo, de carácter privado, recibirá durante los próximos diez años 750 millones de euros de la Xunta de Galicia. Así lo establece el nuevo concierto firmado entre las partes.
"Parece que es un escándalo esta subvención con dinero público a un hospital privado", consiera Manuel Marín, portavoz de la Plataforma en Defensa de la Sanidad Pública.
El centro se encarga de la atención sanitaria de 139.000 personas. Por cada uno de esos pacientes, el Ejecutivo de Núñez Feijóo, actual presidente de la Comunidad, pagará 540 euros anuales. Los defensores de la Sanidad pública critican que el gobierno regional ponga el dinero de los contribuyentes en manos privadas.
Por su parte, muchos vecinos no están contentos por los servicios prestados por el centro. "Desde el año 2013, en abril, estoy esperando por una hernia para que me operen", señala uno de los indignados por la atención del hospital.
Desde la Consejería de Sanidad aseguran que los fondos públicos son imprescindibles para garantizar el empleo de las 1.400 personas que trabajan en el hospital. Sin embargo, ese dinero no ha frenado los despidos. Sólo el viernes pasado el centro rescindió el contrato a doce empleados.
"La estabilidad laboral se podría garantizar si todas las camas que van a mantenerse en este hospital se ubicaran en el nuevo hospital de Vigo", considera Marín. Mientras la Xunta financia la Sanidad privada, las camillas se amontonan en los pasillos de un hospital público de Pontevedra. Las urgencias están saturadas.
"Cada vez es más frecuente tener pacientes ingresados en los pasillos. Pacientes que, además, en muchas ocasiones no pueden ingresar en una habitación porque hay muchas camas cerradas todavía", señala Eva Solla, diputada de 'Alternativa Galega de Esquerda'.
La oposición no entiende que la Xunta renueve el convenio con Povisa cuando está previsto que el nuevo hospital público de Vigo abra sus puertas el año que viene.
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