Entre aplausos, bocinas y gritos, los 'okupas' volvían a entrar al Gaztetxe Maravillas. Numerosas personas llenaron el casco antiguo de Pamplona y se concentraron en la plaza del Castillo, desde donde comenzaron una marcha por calles tan conocidas como Estafeta.

Pasaron por delante de la sede del Partido Nacionalista Vasco y mostraron su disconformidad lanzando huevos a su fachada. Cuando la Policía Nacional cortó su marcha organizaron una sentada. El recorrido terminó frente al gaztetxe. Abrieron la puerta y comenzaron a entrar. Varias decenas de personas han pasado la noche del viernes dentro.

Este sábado, en un ambiente mucho más calmado, el colectivo 'okupa' ha reiterado que el desalojo no fue pacífico: "Hubo cargas indiscriminadas, porrazos, pelotas de goma, balas de munición real", ha afirmado una joven miembro de la Asamblea Gaztetxe.

La diputación foral, por su parte, mantiene su disposición a dialogar para buscar una solución y ha respaldado la actuación de los agentes. "Las llamadas al diálogo por parte de este Gobierno han sido también múltiples", ha afirmado María Solana, portavoz del Gobierno de Navarra.

Durante el desalojo muchas personas se concentraron en los alrededores del edificio y se produjeron varios momentos de tensión aunque, según el Gobierno foral, no hubo que lamentar heridos.