Este domingo se cumple un mes del inicio de la erupción del volcán de La Palma, un evento que, cuatro semanas después, no remite. Con 743 hectáreas afectadas en un perímetro de 59 kilómetros, la lava deja 1.058 edificaciones afectadas.

El nuevo centro eruptivo surgido en la noche del viernes al sábado ha disminuido su actividad, resultando ser una antigua boca reactivada a unos 300 metros al sureste del cono. Las coladas del norte avanzan más lentas que este sábado, según el Cabildo de La Palma, mientras que el resto apenas tiene aporte de lava.

El PEVOLCA aclara que todo el entorno afectado está evacuado, por lo que ninguna persona corre riesgo. Desde el Cabildo no se descarta la aparición de nuevos centros de emisión en el entorno del cono principal, así como otros observables superficiales, como emisiones visibles de gas, dentro de la zona de exclusión.

La fajana añadió este sábado una nueva zona en un contexto de estabilidad atmosférica, con inversión térmica acusada situada entre 300 y 500 metros, algo desfavorable para la calidad del aire, que no se dispersa. Con la llegada de la calima, esta calidad empeora, con los niveles de partículas PM10 en niveles desfavorables en 3 estaciones de La Palma.

Durante la jornada de este sábado, se registraron un total de 111 terremotos. La sismicidad superficial es escasa, con la mayoría produciéndose a profundidades superiores a 20 kilómetros. Además, se han iniciado los trabajos de perforación en nuevos pozos para extraer agua para las desaladoras portátiles en Puerto Naos. Las plataneras llevan dos semanas sin riego desde que se destruyó la tubería.