El volcán de La Palma suma ya 18 días de erupción. Una actividad eruptiva más explosiva a la que se añade la sismicidad en la isla. Este martes se registraron un total de 49 seísmos, la mayoría de ellos sentidos por la población. Hoy, la actividad sísmica se mantiene, con una veintena de seísmos registrados. Unos terremotos que preocupan a los expertos por su profundidad (8 se han sucedido a una profundidad de unos 30 kilómetros).
Raúl Pérez, geólogo de emergencias del IGME-CSIC, ha explicado a laSexta que están analizando cuál es la relación con el incremento de los enjambres sísmicos que aparecen localizados en dos profundidades. "A 30 km, que es el límite que tenemos entre la litosfera y la astenosfera", explica y añade que este sería "el alimentador principal del volcán". "Y luego, a 10 kilómetros, que es donde se emplazan las cámaras profundas", señala.
Los expertos intentan comprender "si lo que está haciendo ahora el volcán es rellenando la cámara que teníamos y al no tener más espacio se está moviendo lateralmente, buscando nuevo hueco".
Algunos de los terremotos de las últimas horas han sido muy profundos, de hasta 38 kilómetros. "Algo que no es muy habitual en una isla como La Palma", añade Raúl Pérez.
Y es que la Tierra se divide atendiendo a su composición química y a su dinámica. Con la primera clasificación la división es: corteza, manto y núcleo; con la segunda: litosfera, astenosfera, manto y núcleo. Dentro de la litosfera (rígida) está incluida la corteza y el manto superior y la astenosfera (plástica), el resto del manto.
En su último informe, el Departamento de Seguridad Nacional indica que respecto al aumento de la sismicidad en Mazo y Fuencaliente, no hay parámetros a día de hoy que indiquen que puede aparecer un nuevo centro emisor en algún punto del sur de la isla.
Una explosividad de magnitud 2
El volcán de La Palma tiene una explosividad de magnitud 2 en una escala que va del 0 al 8, según recogen los técnicos del Plan de Emergencias Volcánicas de La Palma (Pevolca). En volcanología, la magnitud de las erupciones volcánicas se mide en la escala del índice de explosividad volcánica. El valor 0 equivale a una erupción poco violenta.
Hoy el volcán sigue mostrando toda su explosividad con emisión de una gran nube de cenizas y material piroclástico. La lava sigue brotando por seis bocas activas, aunque de manera menos fluida y más viscosa y transcurre por dos coladas principales, extendiéndose ya por más de 434 hectáreas de la isla y llegando en algunos puntos a tener un ancho de más de 1,2 kilómetros.
Los científicos han detectado la apertura de una zona de fisuras a unos cien metros al noreste del cono principal del volcán con emisión de gases y suelo a alta temperatura que, en principio, no tiene carácter eruptivo.
Los expertos del Pevolca, con Miguel Ángel Morcuende como director técnico, creen que lo más probable en el corto plazo es que la lava, bastante fluida, se siga evacuando hacia el mar por encima del camino ya marcado por la colada primigenia, si bien se mantiene la vigilancia permanente ante la posibilidad de que se ensanche o haya nuevos avances, que por ahora no se han detectado.
La fajana se ha formado en el mar ocupa ya una superficie de más de 36 hectáreas y ha avanzado 540 metros desde la línea de la costa.
La lava ha afectado a 1.154 edificaciones y construcciones de todo tipo, de ellas 1.046 destruidas y 108 dañadas, según los satélites del sistema europeo de observación Copernicus, aunque se espera que los datos cambien ya que las nubes están impidiendo estos dos últimos días monitorizar al detalle la erupción.