Jennifer intenta vivir sin plástico, pero admite que es complicado reducir al completo su consumo. "No se trata solo de evitar el consumo de plástico, sino de darle un segundo uso al que ya tenemos", afirma.

Es la filosofía 'Residuo Cero', una forma de vida en la que el plástico desaparece con pequeños gestos del día a día que cualquiera puede hacer.

Utilizar un cepillo de dientes de bambú o maquillaje en envase de madera puede ser el primer paso. "Mi descubrimiento favorito es el champú solido. Obviamente no tiene envase pero, además, es mucho más útil para el usuario porque pesa menos y ocupa menos espacio", explica Jennifer.

Antes de ir a trabajar hay cosas que no pueden faltar. Para reducir el uso de envases, un 'tupper' para guardar la comida o una funda en lugar del papel de plata. Y para el café de cada mañana, el termo.

Gran parte de los plásticos llegan del supermercado. La alternativa es lo más tradicional: la compra a granel. Pero incluso se puede ir más allá. "Traigo mi bolsa de tela e incluso traigo la bolsa que ella me dio anteriormente para poder recargarla y algún 'tupper' de cristal", cuenta Jennifer.

Compras sostenibles que también pueden ayudar a concienciar a los más pequeños, como con los juguetes hechos de madera, para que ellos también entiendan que sin plástico se puede seguir jugando.