Bienvenidos a la casa del futuro. Cuenta con salón y una cocina de 12 metros; baño y un dormitorio. Todo impreso y en 3D, capa a capa y en hormigón. En total, necesitaron solo ocho horas para construir la casa. La máquina la han diseñado cuatro jóvenes de la Universidad Politécnica de Valencia que pasaron en un año de imprimir plásticos a imprimir casas. Ventajas tiene muchas: un diseño personalizado y una estructura más rápida y barata. "Conseguimos que el precio final se abarate y promovemos la economía inmobiliaria", afirma Vicente Rodríguez, CEO de 'Be More 3D'.
Una vez acabada y bautizada, hay que terminarla. Para eso, se necesitan albañiles, fontaneros o electricistas de toda la vida. Son una solución para las familias con menos recursos e, incluso, pueden ser muy útiles en zonas devastadas por catástrofes naturales. Puedes en tan sólo unas horas llevarlo en un contenedor marítimo, pueden coger dos o tres máquinas de las nuestras, y hacer en cinco horas una casa refugio", asegura Rodríguez.
Imprimir una casa en 3D ya es una realidad. China o Rusia han sido las primeras en llevarlo a cabo. En Estados Unidos se han unido dos empresas (Icon y New Story) para construir este tipo de casas en tan solo 48 horas: 35 metros cuadrados en los que no falta detalle. Su precio ronda los 10.000 dólares. Detrás, un proyecto para construir en El Salvador en 2019, 100 casas para las comunidades en desarrollo.
Una casa para Pepica
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Su historia El 29 de octubre de 2024, la riada arrasó con la casa de Pepica. Su hijo la salvó abriendo una salida improvisada. Ahora, su familia impulsa un crowdfunding para reconstruir su hogar y recuperar lo perdido.