Cada uno con sus razones emprende un camino tan difícil como incierto. Ellas sabiendo que se exponen a ser violadas. Desde Honduras, Guatemala o El Salvador buscan en Méjico o Estados Unidos la protección que no tienen. A un joven homosexual, quienes tienen que quererle lo han repudiado por su condición sexual.

Ottoniel viene desde Guatemala. Ha entrado tres veces en Estados Unidos y dos de ellas lo hizo portando una bolsa de droga. Las mafias usan a quienes no tienen recursos.

Una madre y su hijo huyeron de la violencia machista en Honduras. Denunció a su marido muchas veces pero siempre quedaba en libertad dispuesto a seguir pegando. "Utilizaba a mi hijo para ir a comprar droga", señala.

Se seca las lágrimas que le producen las heridas de su anterior vida. Huyen de la muerte por un camino en el que la siguen tentando. Médicos sin Fronteras compara la violencia que sufren estos migrantes en ruta al de una guerra, que prefieren afrontar en busca de una salida.