Las lluvias torrenciales que han asolado a Blanca durante la noche del viernes han provocado momentos de gran tensión y pánico en la zona. Tras el agua que ha caído, además del desbordamiento del río Segura, se ha comprobado que las montañas del lugar se están resquebrajando con el riesgo de desprendimientos que ello conlleva.

"Esto es un valle, y hay peligros de desprendimientos. Solo necesitamos que no se vuelva a repetir esto. Estamos intentando habilitar los accesos con maquinaria pesada", afirma Pedro Luis Molina, alcalde de Blanca.

El edil, a pesar de que el agua ha llegado a alcanzar el metro y medio en la calle, ha afirmado que "dentro de lo que cabe todo va razonablemente bien": "Ha sido una noche complicada pero no hay que lamentar daños personales. Los materiales se pueden solucionar con los días".

Además, ha confirmado que hay vecinos que voluntariamente se han querido quedar en sus casas. "Prefieren estar con sus posesiones y protegerlas. Hay quienes se han ido voluntariamente y hay quien no", comenta.

El nivel del agua ha hecho necesarias la presencia de canoas y piraguas, con voluntarios que han ayudado en todo lo que han podido. Los vecinos no tienen agua potable en sus domicilios, y para ello han habilitado un camión cisterna.

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