Una vida reducida a cenizas es la carga psicológica que tienen que afrontar, estos días, muchas personas después de los incendios. En este sentido, Estefanía Blanco, psicóloga del equipo de respuesta inmediata psicosocial de Cruz Roja, destaca que "uno de los momentos más trágicos es el regreso al hogar, cuando encuentran una realidad totalmente diferente a la que han dejado".

Estrés y ansiedad es lo que han sufrido estas semanas las personas que han hecho todo lo posible para salvar sus casas de las llamas. Y es que para lo que algunos es una foto, para otros es un calvario. Además, cabe destacar que, en la mayoría de los casos, quienes más han sufrido han sido las personas mayores, dada la gran tasa de envejecimiento de los espacios rurales.

"Es una población muy envejecida, cuya vida se ha basado en la agricultura y en la ganadería, y han dejado atrás por unas noches su vida entera", expresa Estefanía Blanco. En un 40% del territorio solo viven un 2,5% de la población, y hay 129 mayores de 64 años por cada 100 menores de 16, lo que resulta ser un envejecimiento del 129%.

Uno de los afectados por los incendios es Bernardo, de Galicia, quien cuenta a laSexta que no le "dejaron" ni cambiarse, ni coger dinero. Para aquellos que tienen que abandonar sus casas son momentos muy difíciles, por lo que escuchar y ser escuchado es muy importante.

Sin embargo, no debemos olvidar que "la vida y la naturaleza se abren camino, y en poco tiempo podremos disfrutar del mismo verde que teníamos", tal y como destaca Roberto Castro, presidente del geoparque Do Courel.