El que fuera párroco del municipio de Vilobí d'Onyar (Girona) en la década de los 60, 70 y 80 abusó sexualmente de diversos menores durante más de 30 años, según han relatado ahora algunas de las víctimas al diario "Ara".

El periódico, que durante un año ha investigado estos casos, asegura que se pusieron en conocimiento del obispado de Girona, aunque "nadie hizo nada".

El cura, conocido como Mosén Tomàs, llegó al pueblo en el año 1967 procedente de L'Escala (Girona) y ese mismo año empezaron a producirse los abusos a menores con los que estaba en contacto.

El cura, vinculado durante 30 años a un colegio del Opus, montó un casal de verano, construyó un gimnasio al lado de la iglesia y permitió que los jóvenes jugaran al futbolín que tenía en la casa rectoral, de manera que cada día estaba cerca de niños.

Joan, Josep, Narcís, Xavier, Albert, Martí o Àngel son los nombres de algunos de los menores que sufrieron durante esos años los tocamientos del mosén, que abusaba "de los más indefensos", según explican años después.

Recuerdan que en los años 70 el entonces alcalde de Vilobí, Josep Maria Vidal, puso en conocimiento del obispado de Girona la actitud del sacerdote, y que ya en los 80 una familia de la localidad pidió también, sin éxito, que Mosén Tomàs fuera apartado del pueblo.

Después de la queja de la familia, el alcalde de la época, Ramon Rovira, reiteró la queja al obispado, que se comprometió a solucionar el problema. Sin embargo, el cura continuó en el pueblo casi veinte años más. No fue hasta 1999 cuando el mosén, que ahora tiene 91 años, se retiró a una casa de descanso en Arbúcies, a pocos kilómetros de Vilobí.

El diario "Ara" ha logrado ponerse en contacto con Mosén Tomàs, que en un primer momento admitió los abusos y pidió perdón a las víctimas, aunque en una segunda conversación negó los hechos.