Un equipo de laSexta viaja a las entrañas de una instalación recicladora situada en Sevilla. Hasta allí llegan a diario camiones cargados de alpacas con envases de plástico previamente seleccionados. Esta planta, en concreto, está especializada en reciclar polietileno de alta densidad. "Es la típica botella de lejía, de champú, botellas de leche y demás", ha precisado Carmelo Justo, director general de Reciclado de Plásticos La Red.

Sí, porque cada tipo de plástico va a una instalación diferente. Por eso allí se hace una segunda selección aún más minuciosa que la primera. "El polietileno, el aluminio, se ha podido pegar con el material. Nosotros aquí nos encargamos de separarlo", ha señalado Justo. El polietileno se clasifica después por colores para ahorrar el trabajo de teñirlo y entra en la trituradora.

Una vez lavado y secado, se obtienen las escamas. Ya solo queda pasarlas a estado líquido, filtrarlas y volverlas a solidificar. El resultado son unas pequeñas bolitas llamadas granzas. "Las llamamos lentejitas vulgarmente. Y con esto, nuestros clientes vuelven a hacer el envase para el que fue concebido. En el caso de alta densidad, pueden ser botellas o tuberías de comunicaciones", ha apuntado el director general de Reciclado de Plásticos La Red.

Esta instalación produce 100.000 toneladas al año de nueva materia prima gracias al reciclaje. Y en España hay más de 420 instalaciones recicladoras homologadas por Ecoembes. Así que imagina lo importante que es depositar nuestros envases en el contenedor amarillo. Porque además, como dice Justo, el plástico "es infinito", y por tanto también lo es su reciclado. En otras palabras: el plástico tiene tantas vidas como los ciudadanos queramos. Un viaje circular que el planeta agradecerá.