Montserrat no tenía ningún trastorno mental cuando mató a Isabel Carrasco en esta pasarela peatonal de León. Es la clave de un veredicto en el que el jurado ha sido tajante y no ha aceptado el atenuante que pedía el abogado de la defensa.
"Sólo uno de los psiquiatras pagado por la defensa hizo sembrar esa duda, el resto no. El resto dijo que no tenía ningún problema", afirma Manu Marlasca, jefe de investigación de laSexta.
Para el jurado, el disfraz que llevaba en pleno mayo, tampoco encaja. "Iba vestida con una parka verde militar, gorra con visera y guantes", señalaron en el juicio.
No hubo, por tanto, ningún tipo de improvisación. Por eso, el veredicto fue unánime. También, con su hija Triana, a quien se la considera el cerebro del asesinato.
"Recuerdo que Beatriz Llamas, la abogada de la acusación particular, dijo que sin Triana este crimen no habría existido", señala Marlasca. Es decir, por muchas ganas que tuviese Montserrat a Isabel carrasco, Triana habría sido el cerebro de todo esto.
Porque ella participó, asegura el jurado, en la preparación del crimen. Buscó armas y siguió a Isabel Carrasco, planeando el asesinato durante meses.
Las dos han sido declaradas culpables de asesinato como autoras. Raquel Gago, en cambio, figura como cooperadora. Ella fue, durante todo el juicio, la gran incógnita, pero el jurado se ha fijado en que no ha podido explicar tres cuestiones.
"La llamada telefónica que le hace Triana cuando Isabel Carrasco ya está muerta, el encuentro previo en casa de Triana, y, después, las 26 horas que el arma está en su poder y por la que ella no da ninguna explicación razonable", explica Marlasca.
Dice el jurado que aceptó participar en el asesinato, pero sobre ella la decisión ha sido por mayoría simple. Con una duda más, el veredicto de Raquel Gago habría sido no culpable.
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