En la zona de Comillas, en Madrid, el verde ha dado paso al cemento. Allí, donde ahora predominan los grises y el amarillo fluorescente, antes lo hacía "el proceso de la naturaleza", según recuerda Ana Vicente, vecina de la zona: "Cuando llega el otoño, las hojas amarillas, las hojas rojas, el árbol desnudo en invierno, los brotes verdes de primavera...", lamenta.

Un oasis verde del que disfrutaban los vecinos de este barrio de Madrid y que, según explica Mikel Ogueta, miembro de la Asociación Vecinos de Comillas, era "una zona ajardinada con mucho césped" y "árboles muy hermosos de 10, 20 o 30 metros, muchos de 40 o 50 años". Sin embargo, el Ayuntamiento taló más de 200 de esos árboles para la ampliación de la línea 11 de Metro. El equivalente, según Luciano Labajos, de Ecologistas en Acción, aproximadamente a "un kilómetro cuadrado de bosque nuestro, mediterráneo"

Expertos y vecinos exigen que las normativas municipales se adapten a los objetivos internacionales. En este sentido, Elvira Jiménez, portavoz de Greenpeace, reivindica que "todas las personas tengan un espacio verde a 300 metros de su casa de al menos media hectárea" y que "cada persona incluso pueda ver tres árboles desde su casa".

En Vigo, entretanto, se preguntan dónde están los más de 2.000 árboles que se han talado sin motivo, aseguran, desde 2011. Laura Fernández, socia de Amigas das Árbores Vigo, afirma que la mayoría de ellos eran "árboles patrimoniales", como plátanos o castaños de india, que "están desapareciendo" para ser sustituidos por "especies muy modernas, muy cuquis, muy de Instagram, pero que no son propias de nuestro paisaje".

"No se trata solo de plantar el árbol, hay que mantenerlo, conservarlo", apunta en este sentido Jiménez, que advierte de que "no se pueden mover árboles como si fueran peones".

Tras más de un año de movilizaciones, los vecinos de Madrid consiguieron salvar un paseo de plátanos de sombra "fundamental para refrescarnos en verano", según explica Susana De la Higuera, portavoz de la Asociación vecinal Pasillo Verde Imperial. Para refrescarse y para respirar, porque los árboles son oxígeno y calidad de vida.