Los incendios forestales tienen a Europa en alerta, como el de Grecia que ha acabado con la vida de al menos 86 personas, el peor de los incendios recogidos, aunque no el único.

El riesgo de incendios en el centro y norte de Europa es muy superior a lo habitual. En lo que va de julio, Suecia ha registrado el triple de incendios que el año pasado en esta misma época y los han combatido con bombazos.

La onda expansiva de proyectiles hace que desaparezcan las llamas. Otros países, como Letonia y Alemania, también han sufrido incendios alimentados por una ola de calor atípica.

"Las altas presiones situadas al norte de Europa, durante todo el verano, han hecho que las precipitaciones sean más escasas que es lo habitual, las temperaturas más altas y, por lo tanto, ha disparado el riesgo de incendios", ha asegurado el meteorólogo Adrián Cordero.

La Agencia Espacial Europea ha advertido del riesgo de desertización, como es el caso de Alemania, Dinamarca y Suecia que en apenas dos semanas su estampa ha cambiado de manera radical. Una situación similar a la que están viviendo en el Reino Unido, que sufre la peor sequía jamás registrada en la primera mitad del verano.

En España, 2018 está siendo uno de los años de la última década con menos incendios. Esto se debe, principalmente, a una primavera muy lluviosa y a un comienzo de verano poco caluroso.

Sin embargo, Raúl de la Calle, ingeniero forestal ha avisado de que el peligro no ha pasado: "En agosto, en la segunda semana ya se pronostican pequeñas olas de calor que nos hacen estar en situación de riesgo de gran incendio forestal".

A partir de la próxima semana se dispararán las temperaturas en la península ibérica.