En 2011, Xiao Wang, que tenía 17 años entonces, no tenía suficiente dinero para comprar un iPhone y un iPad. Solo por tenerlos, decidió vender un riñón en el mercado negro de tráfico de órganos.

Ahora, ocho años después del proceso, su salud está en peligro. No puede dejar su cama y tendrá que vivir conectado a una máquina de diálisis por el resto de su vida.

Para poner en marcha su plan, Xiao buscó la forma de vender su riñón y encontró una red de tráfico ilegal de órganos que le ofreció 22.000 yuanes (2.834 euros). Le dieron todas las garantías de que podría vivir con un solo riñón y se sometió a la operación. Sin embargo, contrajo una infección en la clínica ilegal donde le operaron que le ha marcado de por vida.

Xiao Wang muestra su cicatriz.

Tras volver a su casa, la madre vio el nuevo teléfono móvil y iPad de su hijo y le preguntó sobre su origen. Wang le mostró la cicatriz que le dejó la operación. La mujer llamó a la Policía para denunciar la situación.

Nueve personas fueron arrestadas por ese asunto, incluido el médico que realizó la operación, acusados de lesiones voluntarias.