Hasta 400 millones de niños y niñas en el mundo sufren esclavitud infantil, y de ellos 79 millones realizan trabajos peligrosos. En este sentido, Rocío Vicente Senra, especialista en Derechos de la Infancia UNICEF, lamenta que se trata de "trabajos que les mantienen alejados de la escuela y de servicios públicos", a lo que se añade que muchas veces están "sin sus familias y en condiciones muy difíciles".
En Nigeria, hay niños limpiando zapatos en las calles, en Filipinas extrayendo oro y en Bangladesh trabajando en talleres. Sin embargo, la esclavitud se manifiesta de otras múltiples formas, como los matrimonios pactados o los niños solados.
La especialista en Derechos de la Infancia UNICEF señala que muchos menores son obligados a trabajar "en fábricas y en minas". En este sentido, Vicente destaca que "la agricultura es el sector que engloba hasta el 70% del trabajo infantil".
Moisés y su hermano Jesús trabajan en la explotación agrícola de su padres, a 500 kilómetros de Caracas. "Estudio, hago mis tareas después de trabajar", cuenta él mismo.
En muchos casos, la situación en casa es tan complicada que la escolarización de los más pequeños se convierte en un obstáculo. África Subsahariana sigue siendo el punto más complicado del planeta, seguido por Asia Central y Asia Meridional.
Para la especialista en Derechos de la Infancia UNICEF, es necesario "concienciar para desnaturalizar el trabajo infantil" ya que, tal y como denuncia, "no se trata de un aprendizaje, sino de una clara y flagrante vulneración de los derechos de la infancia".
La mayoría de los menores que sufren explotación infantil son niños. Sin embargo, ellas son más vulnerables, ya que son sometidas a mayor violencia, aunque habitualmente están más invisibilizadas.