El vaciado del embalse de Ricobayo sobre el río Esla, el mayor de los pantanos de producción hidroeléctrica de la provincia de Zamora, y el de Valdecañas, en Cáceres, ha puesto en pie de guerra a una veintena de municipios que han llamado a las puertas de la Comisión Europea para reclamar a Iberdrola cambios en la gestión de la presa.

Los municipios afectados han visto cómo ese embalse ha pasado en cuatro meses de estar al 95 % de su capacidad a quedarse en el 12 % debido a dos bruscas bajadas, una en abril y otra en julio, que la empresa gestora del pantano ha inscrito en el contexto de subida del precio del gas y la mayor demanda de producción hidroeléctrica. El de Valdecañas se encuentra al 21%, el mínimo permitido.

La treintena de pueblos afectados englobados en los 19 municipios que han reclamado una investigación urgente a la Comisión Europea han aludido a los daños económicos por el ocio asociado al embalse, los medioambientales derivados de la bajada de la cota y los problemas de abastecimiento de algunos pueblos debido a ello.

Sin embargo, Iberdrola ha negado que se hayan producido consecuencias negativas en el medio acuático, ha recordado que la explotación hidroeléctrica se realiza "dentro del rango permitido y de la normalidad" y ha remarcado que ha duplicado los controles para asegurar la calidad del agua.

Asimismo, ha defendido que en estas circunstancias hay que producir energía eléctrica más barata porque el gas está muy caro, y de esta manera reducir la dependencia del combustible fósil y bajar los precios de la luz.

Cartas a la Comisión Europea

No tienen la misma opinión los pueblos de la zona, que tras denunciar públicamente la situación, dirigir sus críticas también a la Confederación Hidrográfica del Duero y recordar que el problema afecta a un río de aguas internacionales como el Duero, han dirigido sendas cartas a dirigentes europeos.

Las misivas se han enviado al vicepresidente de la Comisión Europea y responsable de Pacto Verde, Frans Timmermans, y al comisario europeo de Medio Ambiente, Virginijus Sinkevicius, para reclamar su intervención ante lo que califican de "prácticas abusivas" por parte de Iberdrola.

En las cartas, han solicitado que Europa garantice el correcto cumplimiento de la legislación y los instrumentos europeos en materia de clima, medio ambiente y sostenibilidad por parte de la empresa hidroeléctrica.

También han reclamado tanto a Timmermans como a Sinkevicius que, en base a los objetivos europeos de respeto a la naturaleza y lucha contra el cambio climático, sean sensibles con la situación que denuncian y adopten medidas para corregir la gestión del embalse y terminar con las "prácticas abusivas y dañinas con el futuro de todos".

Del mismo modo, han planteado a los integrantes de la Comisión Europea que inicien una "investigación urgente" sobre la gestión del embalse de Ricobayo y sus efectos para la población, los ecosistemas y la economía de la zona, enmarcada en "contextos rurales altamente vulnerables".

Los ayuntamientos afectados han recordado que las aguas de ese embalse afectan a 5.684 hectáreas de terreno y en las últimas semanas Iberdrola ha acometido un "vaciado desmedido" del pantano con el único objetivo de aumentar la producción hidroeléctrica.

Ese rápido descenso del nivel ha producido, según los municipios, una "degradación brutal" del territorio y de todo su hábitat con daños paisajísticos y económicos.

El desembalse también ha dejado estampas singulares, como puentes sobre terreno resecado, infraestructuras y viaductos que datan de antes de la construcción de la presa, vestigios de pueblos cambiados de ubicación hace 86 años al quedar anegados por el pantano o los vagones emergidos de un accidente ferroviario ocurrido en los años sesenta.