A tan solo unos metros de las primeras casas de Valdelamusa, un pequeño municipio en la provincia de Huelva, se proyecta la construcción de una gigantesca balsa de residuos tóxicos provenientes de la mina Aguas Teñidas. Esta instalación, que ocupará 120 hectáreas (equivalente a 200 campos de fútbol), está diseñada para almacenar residuos peligrosos, como agua contaminada con cobre, zinc y plomo. El proyecto ha generado una fuerte oposición entre los vecinos, quienes denuncian el riesgo que representa para su salud y el medioambiente.
La preocupación principal gira en torno al impacto que podría tener sobre el cercano pantano del Tamujoso, una fuente vital de agua para varios pueblos de la zona. "Es un peligro, lo tenemos aquí mismo", afirma una vecina indignada. "Si se contamina esa agua, todos los pueblos colindantes también tendrán agua contaminada. Es una vergüenza", añade.
Además del riesgo hídrico, el proyecto contempla la tala de más de 30.000 pinos, lo que alterará significativamente el ecosistema local. La plataforma vecinal que se ha creado para oponerse a la construcción de la balsa ya ha comenzado una campaña de recogida de firmas, con el objetivo de presionar a las autoridades para que reconsideren la ubicación del proyecto.
Por su parte, la empresa responsable asegura haber cumplido con todas las normativas, incluyendo una evaluación ambiental, y afirma que ha mantenido informada a la población. Sin embargo, los vecinos cuestionan la transparencia del proceso y temen que las consecuencias irreversibles lleguen antes de que puedan detener las obras.
La Junta de Andalucía ya ha dado su visto bueno al proyecto, aunque aún faltan algunas licencias para que las obras comiencen, lo que deja una pequeña ventana de oportunidad para los opositores.