La ayudante de la perito que investigó los restos óseos en la hoguera de la finca de Las Quemadillas ha asegurado que la forense antropóloga tuvo la "presión normal" en estos casos, pero pudo hacer su labor "libremente".

Ha añadido que dicha antropóloga iba analizando los restos en sede policial y que por momentos "comentaba que algunos eran de animal", concretamente de "roedores", si bien necesitaba hacer un examen más minucioso. La auxiliar ha constatado que una vez analizados, los restos fueron debidamente guardados en cajas y precintados para evitar su manipulación, mientras fueron agentes de Sevilla los que se encargaron de su custodia posteriormente.

Por su parte, varios vecinos de la finca de "Las Quemadillas", han constado percibieron un "olor desagradable a quemado" pero no vieron "ninguna columna de humo". Un hombre que reside en una finca colindante a la de Bretón ha manifestado que el día ocho de octubre estaba con su familia en su parcela comiendo y en un momento dado percibió un "olor muy desagradable" que no podía ser "ni de madera ni nada parecido".

Ha añadido que se trataba de un olor que "nunca en mi vida había olido", si bien no podía saber exactamente de donde procedía, ya que "estaba en el ambiente". Asimismo, ha asegurado que no vio "ninguna columna de humo" en las inmediaciones de la finca a pesar de que se encontraba a unos 70 metros del lugar donde Bretón hizo la hoguera ese día.

En la misma línea, otro vecino que vive a unos 500 metros de la finca de Bretón, ha afirmado que en el ambiente había un olor "a plástico quemado y muy desagradable", pero "en ningún momento se parecía a carne quemada". Ha reconocido que era "imposible" determinar de dónde procedía el olor y que tampoco vislumbró columna de humo alguna en las inmediaciones de la zona.