El posible desprendimiento de una enorme roca en el municipio de Gerb, en Lleida, mantiene en alerta a los vecinos que tienen sus casas y negocios a los pies de ella.

Mirar hacia arriba es ahora un sinvivir para ellos, que han convivido con la roca desde siempre y no habían tenido grandes problemas hasta ahora.

Como cuenta Francisca Marquina, presidenta de la entidad Municipal de Gerb, "hay un riesgo inminente de la caída de la roca", que mide 33 metros. Lo aseguran los geólogos que están viendo crecer su grieta y aparecer otras nuevas.

Por el momento, tienen un sistema con una sirena que avisa a los más de 500 vecinos de cualquier movimiento inusual de la roca. Si la grieta crece rápidamente, hay una cuerda que se tensa y suena.

La sirena ya ha sonado tres veces desde diciembre y resulta muy angustiosa para los vecinos, a quienes el sonido sorprende incluso durmiendo.

La roca solo está sujeta por la parte de abajo, aunque los ocho metros de arriba son los que más preocupan porque son los ahora se están desprendiendo. Por el momento, además de la alarma, el Ayuntamiento ha decidido invertir entre 40.000 y 50.000 euros en una malla metálica que resistiría la caída de una roca de estas características.

El Ayuntamiento ha confirmado a laSexta que prevé empezar los trabajos la semana que viene, aunque hasta entonces, incertidumbre seguirá en el aire para algunos.