Félix, de la Asociación Vecinal Retiro Norte y activista de #apartinetes, se encuentra a diario con patinetes mal aparcados por Madrid.

Caminado por otra calle del centro de la ciudad, Chema suele encontrarse patinetes en la acera. "No hay más de tres metros aquí. Hay que reivindicar la figura del peatón, que al final son los que dan vida a la calle", explica este urbanista y activista de #apartinetes.

Los agentes ponen multas, pero los vecinos están hartos. "No tienen en cuenta los problemas que puedan tener los invidentes o gente que va en sillas de ruedas", añade Félix Sánchez.

Varios ciudadanos de Madrid han comenzado en las redes sociales la liga de #apartinetes. Cogen los patinetes eléctricos, los sacan de las aceras y los colocan en las plazas de aparcamiento.

No se trata sólo de circular, también de que los usuarios reciban un correo para saber donde pueden aparcar. "Por ejemplo, en Gran Vía no se puede y lo que hacemos es delimitar esa zona con una marca en rojo", señala Álvaro Salvat, director general de Lime en España.

El Ayuntamiento de Madrid impide circular a los patinetes por las aceras, pero además regula su estacionamiento. Se pueden aparcar en las zonas reservadas a motos y bicicletas, si no hay sitio, también en cualquier banda de estacionamiento, junto a los coches, y sólo, excepcionalmente, sobre aceras de más de tres metros.

El movimiento #apartinetes busca concienciar y recordar algo muy básico pero también muy olvidado: las aceras son sólo para los peatones.