Amigos, vecinos o personas que no conocían a Nadia han relatado al juez el dinero que donaron a su causa. Cantidades de 2.000, 6.000, 300 euros...

Muchos piden que se les devuelva. Se sienten engañados por Fernando y Margarita, de nuevo separados por una silla en el juicio.

"Dijeron que era urgente, que si no la operaban en abril, la niña moría ese mismo año", ha relatado una testigo ante el juez.

Se movilizaron por la urgencia que les trasmitieron y porque encima Fernando decía tener cáncer. "Me dijo que él estaba enfermo también, que tenía cáncer", ha recordado otro testigo.

Pero a algunos vecinos les extrañó su comportamiento. "Tomaba chupitos de orujo blanco y entonces me pregunté si los podía beber teniendo cáncer", ha contado una camarera.

También le llamó la atención su alto nivel de vida: "Me pidió un vino mejor, pidió el gran reserva".

Además, un perito médico ha contradicho algunas afirmaciones de Fernando. A la pregunta de si "ha advertido alguna documentación que fuera compatible con la ejecución de cuatro o cinco operaciones para mutarle los genes a la niña", ha respondido que "no". El caso, previsiblemente, quedará esta tarde visto para sentencia.