Todos los vecinos de La Llagosta a una, contra la familia conflictiva que les quita el sueño. Fue una batalla campal en dos actos: desde el balcón volaban los objetos y mientras, en el portal, un grupo de manifestantes intentaba entrar por la fuerza.

En la batalla campal volaban banquetas de madera, entre objetos de todo tipo, proyectiles de ida y vuelta. Ya mudados de balcón, Vanessa, la matriarca de la familia, lanzó un radiador al que le siguieron trozos de madera de puertas de armarios.

Los Mossos sacaron a la familia de la vivienda para evitar un linchamiento y aún no han vuelto a ella. Los vecinos se citaron en manifestación por estar hartos de los robos, amenazas e inseguridad que, dicen, les crea esta familia. "Llevan navajas todos, y te tienes que enfrentar a ellos con las mismas armas, como mínimo, porque si no te pegan una puñalada", cuenta un vecino.

Sobre todo los hijos de 18 y 13 años. Vanessa nos lo reconoce: "la han liado un poquito más, yo no lo niego. Pero no para que se crean que somos etarras". El Fuenteovejuna barcelonés tiene drama, vecinos levantados en armas y también alcalde, al que Vanessa quiere denunciar por los destrozos en su vivienda.

Cientos de vecinos vuelven a esperarles en la calle. Vanessa aceptaría irse a otra vivienda similar, pero el alcalde ha pedido ayuda al Govern porque no encuentra solución.