Un muro de 400 metros de largo contiene un afluente del río Guadiana en Valdecaballeros, dando lugar a un embalse del que el pueblo no quiere desprenderse. Y es que el Gobierno ha reclamado a Iberdrola y Endesa que quiten todo el hormigón para que el río pueda seguir su curso, algo que los habitantes del pueblo han rechazado de forma clara.
El objetivo de esta presa era enfriar los dos reactores que tendría la central, levantadas hace 40 años, pero la llegada al Gobierno de Felipe González y la parada atómica, ni la central ni la presa llegaron a funcionar.
Sin embargo, el Ministerio para la Transición Ecológica insiste en demoler el dique y devolver los terrenos a su estado original, dado que las empresas han renunciado a la concesión.
Alzar ese muro de contención ha creado un entorno y un nuevo ecosistema que ahora los vecinos temen perder.
Miles de personas acuden
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El contexto La Xunta planea la construcción de una macroplanta de celulosa desarrollada por Greenfiber, filial de la portuguesa Altri, que afectaría a la biodiversidad de la zona.