La guerra no solo mata con bombas. Sin suficientes mantas, medicamentos y estufas, cientos de desplazados sirios soportan, a duras penas, la ola de frío invernal en los campos de refugiados.
"Un campo de refugiados tiene solo dos estufas de leña, solo dos estufas", afirma Abu Jaled al Jaburi, desplazado en un campamento en Siria.
En el de Kefraya que aparece en este vídeo, en el norte de Siria, tampoco hay baños. Tienen que andar un kilómetro para encontrar uno.
En solo un mes en Siria han muerto al menos 15 niños. La mayoría tenían menos de un año, según Unicef. De los 15, ocho vivían en precarias condiciones en campos de refugiados.
Islam, una niña desplazada en un campamento en el Líbano cuenta que "a la gente le cuesta mantenerse caliente". "Nos ponemos chaquetas y gorros", añade.
Mal tiempo que también ha agravado el drama de los desplazados en el Líbano. Las graves inundaciones en los campamentos han matado a, al menos, cuatro menores sirios. Porque ellos, tras ocho años de guerra, siguen siendo las víctimas más indefensas.
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