Primera hora de la mañana, Concepción y su hijo estaban en casa tranquilos cuando los oficiales entraron. "Mucha gente con cascos y metralletas me arrinconaron y me tuvieron agarrada apuntándome con la metralleta", ha contado.

La vecina de Manises intentó apaciguar a los agentes armados. "Yo les decía que me dijeran qué querían que yo se lo daba", ha dicho Concepción, entre lágrimas. Cuenta, además, que al hijo no tardaron en reducirlo.

La Guardia Civil buscaba a un sospechoso pero se equivocaron de escalera. La familia ahora intenta digerir el susto, algo que no está siendo sencillo para su hijo, que según ha asegurado Francisco Ruiz, su padre, ha tenido que ser atendido por los médicos.

La Guardia Civil ya les ha pedido perdón y les ha dado un formulario para que exijan el pago de la puerta.