Después de sospechar que un hombre la estaba grabando en el metro, Uma Magerswari, una mujer residente en Singapur, comprobó que efectivamente así estaba siendo y decidió actuar.
La mujer cogió su propio teléfono móvil y comenzó a grabar también al hombre. Instantes después, con el vídeo se fue a la comisaría y denunció los hechos. Además, también colgó el vídeo en las redes sociales para desenmascarar al acosador.
La Policía descubrió que el hombre contaba con más vídeos de mujeres a las que había grabado.