A pesar de que Grace Baker-Padden, una joven de Inglaterra, tomaba la píldora, comenzó a sentir náuseas y a engordar y hasta cuatro pruebas le revelaron que estaba embarazada. Además, los propios médicos le confirmaron la noticia: estaba esperando un bebé.

Entre los planes de la joven y de su pareja -Joe Cowling- no estaba ser padres, pero ambos decidieron seguir adelante con el embarazo y empezaron a sentirse ilusionados con la idea de tener un bebé. "Quisimos continuar con el embarazo, estábamos muy felices y emocionados", ha explicado ella a Mirror.

Semanas después, el vientre de Grace comenzó a hincharse levemente y la joven empezó a sangrar. Con temor a tener un aborto, ella fue al médico en diferentes ocasiones y, finalmente, la semana 12 se hizo una ecografía.

Según han explicado a Mirror, aquella mañana la pareja estaba muy nerviosa. "Sólo queríamos que todo estuviera bien", han recordado. Sin embargo, al poco de comenzar la ecografía, se cumplieron los peores pronósticos.

Una ecografía reveló que tenía cáncer

En realidad, Grace tenía no esperaba un bebé, sino que tenía un tumor en el útero que se había vuelto maligno.

"Estábamos muy ilusionados y habíamos pasado de la idea de ser padres a batallar contra el cáncer", ha lamentado Grace.

Durante varios meses, la joven siguió un tratamiento con quimioterapia. "Me dejó débil y agotada", ha contado.

Finalmente, las pruebas médicas han confirmado que la joven se encuentra casi curada del todo, aunque los médicos siguen de cerca su estado para asegurarse de que todo evoluciona favorablemente.

Grace tiene un 15% de posibilidades de que le vuelva a ocurrir

Tras la dura experiencia, la pareja quiere tener un hijo, aunque, los médicos les han avisado de que hay un 15% de posibilidades de que vuelva a ocurrir lo mismo. "Tenemos miedo de intentarlo nuevamente después de lo que sucedió, esperaremos un poco", han asegurado.

Los jóvenes han dado a conocer su historia para ayudar a otras personas que puedan estar pasando por una situación similar.