Tras la tormenta, en Sevilla, continúa sin salir el sol. Las esperanzas eso sí, siguen intactas, todos esperan los mismo, que la procesión salga.

La lluvia ha dado tregua pero no ha llevado la calma para los costaleros, que preparan sus espaldas para sacar el paso, que finalmente ha salido.

No está siendo una Semana Santa fácil, de madrugada y por la ventada han entrado y salido los ladrones. "Es más fácil decir lo que queda que lo que se han llevado", ha explicado Manuel Martín, miembro de la Hermandad del Rocío de Mairena de Aljarafe.

Han revuelto en las estanterías en busca de colgaduras, cadenas, campanas... No sólo se han llevado los detalles, sino también el soporte. "La peana es una pieza muy importante porque soporta el peso", ha añadido Martín

Han pedido ayuda por redes sociales para recuperar los enseres de culto con más valor religioso que material.

En Madrid saludaban al mal tiempo mientras esperaban a la procesión, en las calles, hervidero de sentimiento y paraguas tras las vallas. Cualquier techo es bueno para coger un sitio.

Fuera, expectación y nervios y dentro, emoción. El Jesús Nazareno de Medinaceli salió tarde, pero salió. Y lo hizo entre aplausos para despedirse hasta el año que viene.