Uno de los asaltantes que aparecen en el vídeo fue identificado como Pablo Ibar. Una imagen de baja calidad -oscura y con mucho grano- es la prueba por la que pedían la inyección letal para el español. Su abogado insiste en que los expertos en reconocimiento facial consultados aseguran que el vídeo es de tan baja calidad que nunca debió ser admitido como prueba en un juicio.
Waxman apunta que ninguna de las huellas dactilares en la escena del crimen coinciden con las de Pablo Ibar. Tampoco ningún rastro de sangre, ningún pelo de los encontrados en la camiseta ni el ADN hallado también en la camiseta de la escena del crimen. El abogado insiste en que la identificación ocular es la principal causa de falsas condenas en EEUU y asegura que ese es precisamente el caso de Pablo Ibar.
Nuevo aplazamiento en el caso: no habrá juicio hasta 2019
Pablo Ibar, que lleva 24 años preso en Estados Unidos, 16 de ellos en el corredor de la muerte, por tres asesinatos ocurridos en 1994, no será sometido al que será su tercer juicio hasta 2019, una nueva demora en un proceso que ha ocupado más de la mitad de su vida.
El juez Dennis Baily denegó una petición de la defensa de Ibar para un juicio rápido y accedió a una solicitud de la Fiscalía a fin de tener más tiempo para preparar a sus testigos.
El juicio -el tercero al que será sometido Ibar por unos asesinatos por los que fue condenado a muerte en 2000, aunque dicha condena fue anulada en 2016 por la Corte Suprema de Florida (Estados Unidos)- se iniciará el 6 de febrero de 2019, en lugar de este 15 de agosto como estaba inicialmente previsto.
Ibar, que sigue preso y asistió a la vista en los tribunales del condado Broward, recibió el anuncio del retraso del juicio con semblante serio.
Nacido en Fort Lauderdale (Florida, Estados Unidos) en 1972 y sobrino del ya fallecido boxeador español José Manuel Ibar "Urtain", Pablo Ibar afronta su tercer juicio -el primero fue declarado nulo en 1998- con la esperanza de convencer a un jurado de su inocencia y recuperar la libertad.